En el ámbito corporativo debemos resolver situaciones a diario, poner en juego todas nuestras capacidades y dar lo mejor de nosotros con cuerpo y alma. La mayoría de los empleados responde a las crecientes exigencias trabajando más horas arriesgando su bienestar físico y mental. Y la peor noticia es que más horas de trabajo no nos aseguran el éxito.
La clave está en el manejo de nuestra energía.
ENERGÍA FÍSICA
La energía en el ser humano proviene de distintas áreas: cuerpo; emociones; mente; espíritu. En cada una de estas áreas y a lo largo del día, la energía se puede acrecentar con distintas actividades. Por otro lado, es importante evitar en cada una de ellas el drenaje innecesario de la energía que vamos acumulando. Piensen cómo funcionan las baterías de las computadoras. Están pensadas para rendir la cantidad de horas que usted está despierto. Y tienen un modo “ahorro de energía” para guardar capacidad en caso de necesidad adicional. Lo mismo pasa con nuestras áreas energéticas. Hay que “enchufarlas” y ponerlas en “modo ahorro” cuando no se necesitan.
Es habitual que las empresas inviertan recursos en desarrollar las habilidades y competencias de sus empleados. Sin embargo, son pocas las que se detienen sobre las cualidades de sus trabajadores en relación al manejo de su energía. En esto son más reactivas que proactivas. Si un empleado manifiesta “no poder más” con una situación, allí se actúa. Pero como con la sed, cuando se manifiesta la necesidad es porque ya hubo una carencia a la que se agregó un perjuicio.
Para dar un ejemplo sobre una de las dimensiones de las cuatro energías principales, la energía física relacionada al cuerpo, recordemos que al ser entidades biológicas debemos prestar atención a tres cosas básicas: la nutrición, la actividad física y el descanso. Tomar conciencia sobre estas tres dimensiones y saber realmente cómo estamos nos va a dar una base importante para anclar el resto de las dimensiones. Sobre cada una de estas áreas hay que ocuparse a diario y comprender que somos una maquinaria diseñada para funcionar perfectamente. Comer respetando nuestras necesidades y el índice glucémico de los alimentos, moverse manteniendo una rutina que fortalezca nuestros músculos y nos mejore la circulación/oxigenación y descansar respetando nuestro ritmo circadiano. Pareciera que la vida para buena parte de la sociedad está en la vereda opuesta a esto.
Si se preguntan cómo hace Messi para después de 20 años de trayectoria jugar 90 minutos y después dar una nota de televisión, piensen en sus rutinas. Allí está la base de todo. Podrán opinar sobre su genética, sobre la cantidad de ayudantes que tiene, sobre la plata que gana…a todo podría decirles que sí, que tienen razón. Pero también tengo para comunicarles que cualquier genética adversa se puede revertir y que tenemos las herramientas necesarias para ayudarlos en su proceso de mejora de calidad de vida. Vamos que estamos hablando de mejorar el desempeño…tampoco se trata de ser Messi!
Dr. Javier Blois
Mgtr. en Gestión de Salud / Esp. Jerarquizado en Salud Ocupacional y Bienestar Organizacional